lunes, 27 de febrero de 2012

cirugia de nariz

La cirugía estética de la nariz, o rinoplastia, es sin duda una de las más frecuentes cirugías que se realizan para dar mejoría a los rasgos de la cara. Por ser la nariz una prominencia facial tan marcada, y estar colocada en mitad de la cara, es el centro de atención de la misma, y cualquier defecto o alteración que ella posea va a determinar unos rasgos específicos que es posible corregir con la cirugía. Así como se pueden corregir los defectos o rasgos no deseados de la nariz, también es posible solucionar, en la misma cirugía, problemas funcionales nasales que causen obstrucción al flujo del aire.
Estas son algunas de las indicaciones que le permiten pensar que es candidato para una rinoplastia:
Su nariz parece demasiado larga para su cara.
Hay una giba sobre el dorso nasal en la vista de perfil.
Su nariz se ve muy ancha en la vista de frente.
La punta nasal es caída o es chata.
La punta es muy ancha o muy delgada y alargada.
Las fosas nasales son muy grandes y anchas.
Su nariz esta desviada.
Su nariz es de dorso muy bajo y es muy pequeña para la cara.
Ha tenido traumas o cirugías previas que le han alterado su estética nasal.
Una o más de las anteriores características pueden presentarse concomitantemente, haciendo que su nariz no se vea bien con respecto a la cara. Pueden existir más indicaciones diferentes a las aquí anotadas.
Es muy importante que el paciente tenga muy definidos los puntos específicos que le disgustan acerca de su nariz, pues esto le permitirá a su cirujano entender sus expectativas y determinar hasta que punto pueden ser alcanzadas. Cada caso es valorado en particular. Usted deberá aportar toda la información disponible acerca de su historia médica, incluyendo: estado de salud actual, tratamientos médicos recibidos, cirugías previas realizadas (no necesariamente en la nariz), traumas que hayan afectado la nariz, antecedentes de rinitis o de obstrucción nasal, ronquidos, etc., droga que este tomando actualmente. Su cirujano evaluará atentamente aspectos en su nariz como: tipo de piel, presencia de cicatrices, desviaciones nasales, relación de la nariz con las demás estructuras faciales, movimiento de la punta hacia abajo al reír, obstrucción nasal por desviación del tabique, cornetes aumentados de tamaño, pólipos, cicatrices, etc. Una evaluación más avanzada se hace al valorar las fotografías y hacer mediciones en ellas lo cual le permitirá realizar un plan quirúrgico específico, con posibilidad de ofrecer un pronostico por medios digitales. En la evaluación es posible que se plantee la factibilidad de realizar procedimientos alternos que mejoren los resultados como son el aumento del mentón, o la liposucción de papada, o quitar arrugas en los párpados o en las mejillas, siempre contando con la aprobación del paciente, una vez se vea la conveniencia de dichas intervenciones adicionales.
Puede elegirse entre anestesia general o anestesia local con sedación, según los gustos del cirujano y su experiencia particular en cada una de ellas. Es ambulatoria en un 99% de los casos. Se realizarán procedimientos para aumentar o disminuir el dorso, reducir el ancho y disminuir el tamaño, angostar las fosas nasales, aumentar o disminuir la punta, darle mejor forma, mejorar el ángulo que forma la punta con el labio, enderezar el tabique y demás procedimientos que se hayan convenido en la consulta inicial.
En general, las incisiones son internas en cada fosa nasal, sin que se realice ninguna incisión externa en piel que pueda ser visible. La gran mayoría de las cirugías se pueden realizar desde allí. Solo se harán cicatrices externas en caso de que haya que angostar las fosas nasales, siendo la cicatriz en la base de la nariz, de corta longitud y de buen pronostico en la mayoría de los casos. En otros casos especiales se realiza una mínima incisión en la columela, es decir en la parte que divide las dos fosas nasales, haciendo una rinoplastia abierta. Dichos casos son advertidos previamente por el cirujano y se ilustrará adecuadamente el sitio de la incisión y la conveniencia de realizar dicha técnica. Existen casos poco frecuentes en los que hay que aumentar el tamaño de la nariz de manera significativa, por lo que hay que tomar injertos de tejido de otros sitios como son el pabellón auricular, el cartílago de la costilla, o hueso de la cadera, o del codo o de la región frontoparietal de la cabeza. Cada caso será explicado ampliamente por el cirujano, resaltando sus ventajas y sus desventajas.
La rinoplastia, independiente de la anestesia que se haya aplicado, no es un procedimiento doloroso. Es molesta en las primeras 24 horas, dado que se colocan tapones internos, para evitar el sangrado. Es preciso respirar por la boca y esto la hace incomoda para el paciente. Se puede a veces no colocar tapones o colocar unas pequeñas laminas de acetato internas que pueden evitar parcialmente esta molestia. Sin embargo, va a haber un variable grado de obstrucción nasal inicial, de 3 a 6 días de duración, debido a la inflamación de los tejidos internos causado por la misma cirugía.
Una vez decidido a mejorar el aspecto de su nariz, de haber definido con su cirujano el plan quirúrgico a seguir y de establecer la fecha para la cirugía, usted deberá tomarse unos exámenes preoperatorios, se valorará por el anestesiólogo, ya se habrá tomado las fotos preoperatorias y estará en disposición de ser operado. Debe estar sin ninguna infección intercurrente. En buenas condiciones de salud. Evitar tomar aspirina por lo menos 20 días antes de la cirugía.
Afortunadamente, las complicaciones significativas en la rinoplastia son infrecuentes. La gran cantidad de cirugías de nariz que se realizan con éxito confirman la anterior aseveración. Dentro de las principales complicaciones potenciales se deben mencionar: sangrado, hematoma, infección, inflamación prolongada, desviación recidivante, obstrucción nasal. Un perfecto seguimiento de las indicaciones pre y postoperatorias, minimizará la posibilidad de que ellas se presenten.
Si, hay muchas técnicas quirúrgicas, cada una con pequeñas o grandes diferencias con respecto a las demás. Cada cirujano aprende una técnica especial y la perfecciona y acomoda según vea sus resultados. Es en la nariz donde se emplea más arte que ciencia, en lo que a técnicas se refiere. El resultado de una rinoplastia es fruto de la mucha o poca experiencia que en este campo tenga el cirujano. Tiene muchas variables que debe estudiar cuidadosamente como son el tipo de piel, el tipo de cicatrización, los antecedentes de cirugías previas. El paciente que desee hacerse una rinoplastia, no debe dejarse llevar por factores tales como el precio, que sea muy bajo o muy alto, no es garantía de un buen resultado. (No siempre lo más caro es lo mejor). De una buena conversación con el cirujano plástico, se podrá intuir de su poca o mucha experiencia, lo cual si le podrá llevar a una buena elección de un profesional adecuado para tan fina labor.
Antes de seis días es mejor no realizar ningún tipo de actividad laboral o estudiantil. La mayoría de actividades que incluyan ejercicios fuertes se deben evitar por al menos 20 días. Los deportes como fútbol, tenis, basquet, y otros en los que exista el riesgo de un golpe accidental en la nariz se deben evitar por al menos seis semanas. Se debe evitar la exposición al sol por mínimo tres meses o más si se han presentado grandes moretones en los ojos. Esto debido a que se pueden presentar manchas de difícil resolución en las zonas de los moretones.
La meta de la rinoplastia es ofrecer una nariz completamente natural, sin rasgos de “nariz operada” y que juegue armónicamente con el contexto de su rostro.

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